lunes, 29 de noviembre de 2010

No estaba en los planes, sí en los cálculos



Por Nicolás Besimenko

Cuando comenzó la era Murúa, se apuntó bien alto. 5 puntos en 3 fechas prometían un futuro mejor que aquel presente. Ocurrió lo inesperado. Un equipo perdido en la cancha más 5 derrotas en fila fueron determinantes para el inevitable final del ciclo.

Agarró la manija Fabián Sánchez, un tipo muy querido en el club, que conoce mejor que nadie a los pichones de la Liga local. Pese a poner contra las cuerdas al imparable Brown, no pudo sostener el empate ni tampoco la sexta caída consecutiva. Sin embargo, había indicios de que algo había cambiado en el plantel.

El histórico triunfo en Tandil fue la primera victoria de una racha que alcanzó los 4 partidos ganados ante Villa Mitre. Con Unión, por rendimiento y resultados, se esperaba chocar los 5, algo que no ocurre desde la época del "Chavo" Anzarda.

En 2010, Huracán sólo empató 6 veces. Ganó 16 y perdió 12. Le costó encontrar el equilibrio no sólo en los números, sino también en la cancha. Este equipo no sabe empatar. Sólo lo hizo en las dos primeras fechas, de local y visitante. Pero luego se olvido. O lo pierde o lo gana. Demasiado extremista para un torneo tan largo.

La noche no arrancó bien. Primero Ramiro Jorge sorprendió a todos con su solitaria aparición dentro del área para fusilar a Luque, aunque el uno se mandó una tapada extraordinaria. A los 2 minutos, Arrúa se sacó de encima a Fochessato y la colocó al segundo palo. Fue un sopapo inesperado para el Globo. 1-0 Unión

Luego el juego se hizo a pedido de Unión, con mucha fricción en la mitad de la cancha y "Trapito" Ceballos manejando a su antojo el partido, limpiando hacia los costados y descargando en los movedizos delanteros que puso Zwicker.

Huracán no estuvo preciso en los pases, se mantuvo fiel al estilo que propone Sánchez, jugando por abajo, pero se encontró con un mediocampo marplatense que lo asfixió durante todo el PT, obligandoló a pensar rápido y muchas veces equivocarse. Y arriba, Gamarra y Vera no pudieron hacer nada frente a la atenta defensa visitante, que jugó un excelente partido, anticipó siempre y se la dio en la mayoría de las veces al que más sabe, a Ceballos.

El equipo, a medida que se acercaba el final, fue perdiendo confianza y la salida de Ciccioli le quitó tranquilidad para armar juego, quedando en cancha una estrategia más vertical para llegar al empate. Los ingresos de Videla y Leandro Gómez no fueron tan productivos como se esperaba, aunque evidentemente no era la noche del Globo, la impresición fue el denominador común en los jugadores que se mostraron incrédulos una vez finalizado el partido.

El próximo domingo, también en el Bottino y 20.30, Huracán ira por la recuperación ante un rival que acumula 5 partidos sin perder, alcanzó la línea del Globo y Villa Mitre, pero vendrá a hacer algo similar al planteo de Unión, a jugar como una final.




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